CONTRATAPA
Las elecciones sacaron al macrismo del Palacio y a la Argentina del racimo regional de gobiernos de derecha. Este acontecimiento mostró la perseverancia histórica de un peronismo silvestre que hay que rastrear en subjetividades y sensibilidades sociales plebeyas antes que en estructuras partidarias y en identidades culturales. Se inaugura un escenario social y político novedoso y complejo.
Los años de macrismo habilitaron y recargaron, con el control de los fierros estatales y mediáticos, el revanchismo social. También dinamitaron por el aire redes y rejuntes que sostenían vidas al borde del terror anímico en una sociedad precaria que nunca se encaró como la verdadera ’batalla cultural y material’.
El libro se compone de cuatro partes:
Cuando la noche es más oscura es un prólogo que se pregunta sobre la escritura y la investigación en tiempos de ajuste.
La segunda parte, bajo el nombre de Pinturas de guerra, es una serie de crónicas conurbanas que atraviesan la llegada de policías comunales a los barrios, salitas de salud, comedores populares, centros de rehabilitación, cárceles y talleres artísticos con jóvenes.
La tercera parte aborda una serie de hipótesis políticas que describen la sociedad ajustada, abordando conceptos como Máquina de gorra, Militancias en la implosión, Inflación y terror anímico, Mayorías cansadas, Nuevos y viejos odios y Aguante todo.
El libro termina con Peronismo silvestre, un epílogo que busca pensar más allá de la grieta, desde una perspectiva plebeya, caótica e indócil.
Esta cartografía de la sociedad ajustada, en continuidad con una ´genealogía de la precariedad a la argentina’ que el Colectivo Juguetes Perdidos despliega desde hace varios años, es una tarea urgente que requiere de una militancia inquieta y 24/7 y de una apuesta constante por la conquista de nuevas percepciones políticas.
FRAGMENTO
Hay una Argentina que no cambia más y esa histórica perseverancia es para festejar. Una Argentina negra, plebeya, conurbana, caótica e indócil: ingobernable para quienes buscan mutilar de modo definitivo los berretines que resisten los enunciados del cierre (‘no hay alternativas’, ‘no hay atajos’, ‘esta es la única salida’); inentendible para quienes buscan pensar su singularidad con teorías y conceptos paridos desde la quietud, el refugio y la lejanía geográfica y sensible; insoportable para quienes no pueden lidiar con intensidades que queman y rechazan el enfriamiento libidinal y las formas políticas buenas y prolijas.
Hay una Argentina que no cambia más y es la del peronismo silvestre que no agoniza ni larga ni súbitamente. Peronismo silvestre que es fondo ‘virtual’ desde el cual negar las extorsiones de los realismos de derecha y que continúa perdurando como una opción para rechazar de a muchos y muchas la sumisión total. Ese peronismo que, unido y silvestrizado, convoca gestos sueltos de atrevimiento y agite ‘público’, imágenes y fibras históricas de aguante y coraje subjetivo, una inoxidable pasión alegre que moviliza desde la dignidad y el buen desborde fuerzas gedientas y desorganizadas que rechazan las obediencias mulas y las jerarquías políticas y sociales, incluso aquellas que establecen vidas militantes –y ‘militables’– y vidas outlet (esas vidas de ‘segunda mano’, esas vidas a las que se les quita el cartel de políticas son sobre las que cayó con más fuerza el ajuste feroz): peronismo silvestre que rebalsa los moldes de las organizaciones sociales y políticas –‘mi único heredero es el pueblo silvestre’, sentenció su líder hace tiempo– y que se niega a blanquearse y a institucionalizarse porque es antes que nada rechazo que hacer volar por el aire los discursos que pretenden ‘transformar las sensibilidades y los hábitos’ de las vidas populares. Peronismo silvestre que como tal siempre va a estar del lado de afuera –en contacto con ese afuera que permite conquistar nuevas sensibilidades sociales, que son las que en última instancia inauguran, soportan y clausuran una época, y nuevas imágenes políticas para la ‘actualización doctrinaria’–, pero que tiene que ser el relleno afectivo del peronismo en el palacio y la fuerza vital que lo obligue a no despegar(se) y alejarse jamás de las vidas heridas por la precariedad y por el ajuste de guerra.
La vida mula re-sentida y sus mayorías cansadas, la densidad y la expansión social de la máquina de gorra, la implosión social cada vez más intensa organizó una situación imposible de la que solo cabía salir ‘por arriba’. El acontecimiento electoral (con el insoslayable protagonismo del conurbano bonaerense y su ‘tercera sección electoral’, tierras en las que se cocinó este libro…) provocó aperturas e indeterminaciones en una coyuntura social y económica espesa y cerrada. Se puede salir por arriba, pero no se puede gobernar desde ‘lejanías’ perceptivas; las que te aíslan de los mapas y de las cartografías de esos territorios sociales implosionados, complejos, heterogéneos, dramáticos y vitales. Se salió por arriba y apostamos a que se gobierne con las fuerzas de ‘abajo’ y con el Aguante-todo adentro. Un aguante todo que tuvo traducción electoral, pero que desborda cualquier instancia institucional.
Durante estos años, ante el avance implacable que significó el macrismo en cuanto ‘alianza de clase’ que fundió fuerzas anti de origen popular con las eternas y tradicionales fuerzas anti de las clases propietarias y empresariales, apostamos por ese enunciado: aguante todo; gesto, agenda y apuesta política y vital que mantiene abierto e indeterminado el realismo del cansado y que permite en su amplitud ir desde la intimidad sufriente e inquieta que niega los mandatos de la época y sigue insistiendo a ese ‘histórico’ peronismo silvestre. El aguante todo es expansivo: es imposible sondear los límites de su potencia política.
AUTOR/A
Sobre el Colectivo Juguetes Perdidos: espacio de investigación, escritura y militancia que desde el año 2009 sostiene talleres e intervenciones con pibes y pibas en diferentes barrios del sur del conurbano bonaerense. También brindan jornadas de formación para trabajadores sociales y referentes barriales. Participan de actividades junto a movimientos sociales y comunitarios y de jornadas de trabajo en escuelas, cárceles y sedes juveniles.
Integrantes:
Leandro Barttolotta nació en Quilmes (1983). Licenciado en Sociología (UBA). Es docente de escuelas secundarias y terciarias. Escribe en la revista Crisis. Es tutor en la Diplomatura de Gestión Educativa y en el Seminario Pedagogía Mutante (FLACSO).
Gonzalo Sarrais Alier nació en Banfield (1983). Licenciado en Sociología (UBA). Trabaja desde 2009 en diferentes programas para jóvenes y en educación para adultos.
Ignacio Gago nació en Buenos Aires (1983). Licenciado en Sociología (UBA). Es docente. Es tutor en la Especialización de Gestión Educativa y en el Seminario Pedagogía Mutante (FLACSO).
ARTE DE TAPA
Martín "Rata" Vega y Tomás de la Rosa Recalde.