CONTRATAPA
"Más que una obra de filosofía, psicoanálisis y de política, este libro es una especie de diario de a bordo. Suely lo escribió luego del viaje que ella y yo hicimos por Brasil, al encuentro de los individuos, de los grupos y también de las intensidades y los deseos que venían a nosotros. Estos fragmentos, bloques de ideas, estos pedazos de conversación, de cartas, de debates, de conferencias, estas confidencias -montajes que Suely hizo de decires míos, suyos y de tantos otros- sueltan así, de cierta manera, las amarras de la individualización de la enunciación. Yo diría que son un amor a primera vista por la inteligencia y la sensibilidad colectiva de este país." Félix Guattari
FRAGMENTO
Entrevista a Suely Rolnik
Buenos Aires, enero 2006 - Por Colectivo Situaciones
Colectivo Situaciones: Luego de leer el libro nos pareció importante preguntarte por la actualidad del diagnóstico del Capitalismo Mundial Integrado (CMI) como forma de subordinación de las subjetividades y las inteligencias al proceso de producción del capital. ¿Cómo funciona esto hoy, cuando la promesa del capitalismo es visiblemente inseparable de una dinámica de marginación de masas?
Suely Rolnik: Una idea que hoy está circulando mucho, especialmente a través de los italianos que en el exilio se encontraron con Deleuze, Guattari y Foucault, dice que la característica fundamental del neoliberalismo es instrumentalizar las fuerzas de creación del cognitariado y ya no sólo las fuerzas mecánicas del proletariado. De ahí que se nombre al capitalismo actual como "capitalismo cognitivo" o "cultural-informacional". Para responder a la pregunta que ustedes plantean, voy a hablar de cómo esto se expresa en la subjetividad y luego me interesa interrogar cómo se da este proceso específicamente en América Latina, donde tenemos que pensar y luchar concretamente. En primer lugar, Mauricio Lazzaratto plantea muy bien en su libro Políticas del Acontecimiento (Tinta Limón Ediciones, Buenos Aires, 2006) la idea de que el capital financiero no fabrica mercancías como lo hace el capital industrial, sino que fabrica mundos. ¿Qué mundos son esos? Mundos de signos a través de la publicidad y la cultura de masas. Hoy se sabe que más de la mitad de los beneficios de las trasnacionales se dedican a la publicidad, actividad que es anterior a la fabricación de productos y mercancías. En las campañas publicitarias se crean imágenes de mundos con las que el consumidor se va a identificar y luego va a desear: sólo entonces esas mercancías van a ser producidas. Si analizamos el capital como fábrica de mundos, es fundamental cómo estas imágenes son invariablemente portadoras del mensaje de que existirían paraísos, que ahora ellos están en este mundo y no en un más allá y, sobre todo, que algunos tendrían el privilegio de habitarlos. Y más aún, se transmite la idea de que podemos ser uno de estos VIP's, basta para ello con que invirtamos toda nuestra energía vital -de deseo, de afecto, de conocimiento, de intelecto, de erotismo, de imaginación, de acción, etc.- para actualizar en nuestras existencias estos mundos virtuales de signos, a través del consumo de objetos y servicios que los mismos nos proponen. Un nuevo arrebato para la idea de paraíso de las religiones judío-cristianas, la cual presupone un rechazo a la vulnerabilidad al otro y de las turbulencias que ésta trae y, más aún, un menosprecio por la fragilidad que ahí necesariamente acontece. En otras palabras, la idea occidental de paraíso prometido corresponde a un rechazo de la vida en su naturaleza inmanente de impulso de creación continua. En su versión terrestre, el capital sustituyó a Dios en la función de garante de la promesa, y la virtud que nos hace merecerlo pasó a ser el consumo: éste constituye el mito fundamental del capitalismo avanzado. Ante esto, es de mínima equivocado considerar que carecemos de mitos en la contemporaneidad: es precisamente a través de nuestra creencia en el mito religioso del neoliberalismo, que los mundos-imagen que este régimen produce, se vuelven realidad concreta en nuestras propias existencias. En la ciudad que vivimos, con el desarrollo de las tecnologías de la comunicación a distancia y la urbanización, cada uno de nosotros es atravesado por una infinidad de fuerzas muy variables: esto hace entrar en crisis a la subjetividad mucho más frecuentemente porque las referencias se vuelven precarias y volátiles. Uno se ve así fragilizado. Y esa fragilidad por sí misma no tiene nada de malo; por el contrario: es el corazón mismo de la creación de realidad subjetiva y objetiva. Es cuando te sentís frágil y cuando tus referencias no hacen sentido alguno que te ves forzado a crear. Como dice Deleuze: uno no crea porque es lindo o porque quiere ser famoso, sino porque está forzado, porque no tiene otra solución que hacerlo. Se trata de crear sentido para lo que ya está en tu cuerpo y que no coincide con las referencias existentes, de recrear tus relaciones con el entorno, tu modo de ser. Esta fragilidad, que es tan importante política y éticamente, es la verdadera salud: hacerse cargo de esta fragilidad en vez de huir de ella. Sin embargo, esta fragilidad es muy mal vista por una tradición muy antigua -el régimen identitario- que organiza la subjetividad a partir de una imagen estable de sí misma, como si fuese una unidad cerrada. Entonces, esa fragilidad es vivida como una especie de colapso de uno mismo. Toda la subjetividad moderna, comenzando en el cartesianismo, se construyó en base a recusar esta fragilidad. En la estructura psíquica que heredamos de varias generaciones, la fragilidad no tiene lugar, lo que tu cuerpo vibrátil -como yo le llamo - capta del entorno queda recortado, porque tenés que estar siempre muy bien, estable, funcionando. Al mismo tiempo que la subjetividad vive muy frecuentemente esa fragilidad, aparece la promesa religiosa del capital. Hoy mucha gente dice "¡ay!, el problema es que no tenemos mitos, que nos faltan mitos". Y ¡este es el mito del capital y es un mito poderosísimo y totalmente religioso! Es el mito que promete el paraíso en la tierra. Entonces, si yo estoy totalmente fragilizada, si nada de lo que hago funciona, si mis relaciones amorosas son una mierda porque tengo referencias que no funcionan para nada, entonces todo el tiempo sufro un asedio, que no es sexual pero es de imagen. Y soy muy vulnerable a esa promesa, a ese mensaje: si falla esa promesa me siento totalmente fracasada, incapaz, impotente, loca. Estos mundos que el capital nos ofrece a través de la publicidad prometen una solución inmediata que consiste en re-mapearme para salir del agujero. Pero para hacerlo -y ahí entra la otra punta de la producción capitalista-, voy a tener que consumir en mi cotidiano todos los servicios y mercancías posibles, voy a comprar ropas para mi cuerpo y diseños para mi casa. Voy a hacer quinientas cosas para estar maravillosa como mujer y, con eso, con mi propia fuerza subjetiva del deseo y con mi acción, yo reconstruyo mi vida de modo que todos los servicios y mercancías sean consumidos. Y ahí se completa el ciclo, porque las fuerzas son producidas y consumidas en el mercado. Entonces tenemos, por un lado, las fuerzas de creatividad en la publicidad de masas y las fuerzas subjetivas -del deseo del consumidor- y, por otro lado, hay todo una casta de profesionales, de proveedores de maquetas humanas (los personal trainers, los dermatólogos, los cirujanos, los libros de autoayuda, etc.) que son los asesores para re-dibujarse y estar bien, para ser parte de ese supuesto mundo de personas increíbles del que estamos excluidos -y no estoy hablando sólo de exclusión económica. Entonces toda la subjetividad, las fuerzas de creación y de deseo, funcionan como la fuerza de trabajo que produce la realidad capitalista.
AUTOR/A
Félix Guattari (1930-1992) fue un psiquiatra y filósofo francés, y uno de los líderes del movimiento antipsiquiátrico de los ’60 y ’70, que desafió el pensamiento establecido en el psicoanálisis, la filosofía y la sociología. Era analizado por Jacques Lacan pero a mediados de 1960 se distanció de él ya que sentía que su inclinación permanecía demasiado cercana a la de Freud. Fue coautor de varias obras escritas con el filósofo Gilles Deleuze (1925-1995) entre ellas El anti-Edipo (1972), Mil mesetas (1980) –los dos volúmenes de Capitalismo y esquizofrenia, donde desarrollaron conceptos como el “esquizoanálisis” y la “desterritorialización”– y ¿Qué es la filosofía? (1991).
Suely Rolnik nació en Brasil. Es psicoanalista, crítica cultural y curadora. Luego de ir presa en manos de la dictadura militar, se exilió en París entre 1970 y 1979. Allí estudió psicoanálisis y se diplomó en Filosofía, Ciencias Sociales y Psicología. En esa época comenzó su amistad con Deleuze, Guattari y Lygia Clark. Participó de la Clínica La Borde y en los movimientos que agitaron la psiquatría europea de los años 70.
Índice
Prefacio a las ediciones no brasileñas
Presentación por Suely Rolnik
I. Cultura: ¿un concepto reaccionario?
Cultura de masas y singularidad
II. Subjetividad e historia
1. Subjetividad: superestructura -ideología- representación versus producción. 2. Subjetividad: sujeto (individual o social) versus agenciamientos colectivos de enunciación. 3. Producción de subjetividad e individualidad. 4. Singularidad versus individualidad 5. Subjetividad: cadena de montaje en el capitalismo y el socialismo burocrático 6. Revoluciones moleculares: el atrevimiento de singularizar ¿Rompe-rompe?: señal de un proceso de singularización. Por Suely Rolnik 7. En busca de identidad 8. Identidad versus singularidad 9. Identidad cultural: ¿una trampa? 10. Minorías: los devenires de la sociedad
- Identidad versus devenir-mujer, devenir-homosexual, devenir-negro
- Conversaciones sobre experiencias minoritarias: Psiquiatría. La escuela
- Minorías en los medios de comunicación de masas: la radio libre
- Minoría - marginalidad - autonomía - alternativa: el devenir-molecular
- Trama de minorías: "rizoma"
III. Políticas
1. Micropolítica: molar y molecular . Nelson Rodrigues o el arte sutil de un esquizoanalista. Por Suely Rolnik
- Lucha de clases y autonomía
- Estado y autonomía
- Iglesia y autonomía
- Partido y autonomía
- Centralismo democrático versus espontaneísmo y anarquía: un falso problema
2. Una concepción de la Historia 3. ¿Revolución? 4. Capitalismo mundial integrado
- Los "no-garantizados"
- Esta crisis (que no es sólo económica)
5. Un futuro que ya llegó: conversación entre Lula y Guattari
IV. Deseo e historia
1. El psicoanálisis y las corporaciones de analistas 2. Psicoanálisis y reduccionismo 3. El Complejo de Infra-Estructura
- Deseo como caos
- Infraestructura versus superestructura: crítica a la idea de conflicto
- Interpretación: el analista y el pianista
4. El esquizoanálisis
- Individuación del deseo: la alienación
- Deseo: terreno de la micropolítica
- "Inconsciente maquínico": deseo como producción
- Casos de esquizoanálisis: de la práctica clínica al movimiento social Droga, psicosis e institución
5. Más allá del Complejo de Infra-Estructura
- El inconsciente freudiano
- El inconsciente esquizoanalítico
V. Emoción/energía/cuerpo/sexo: el mito del "viaje" de liberación
VI. Amor, territorios de deseo y una nueva suavidad Por Suely Rolnik
VII. Conversación de aeropuerto. São Paulo, 19/09/198
VIII. El viaje de Guattari a Brasil según el mismo
IX. El viaje de Guattari a Brasil según los brasileños
X. Anotaciones sobre algunos conceptos
Referencias de las fuentes
Publicaciones de Félix Guattari y Suely Rolnik
ANEXO
Geopolítica del rufián, Por Suely Rolnik
- En busca de la vulnerabilidad
- Nace una subjetividad flexible
- La subjetividad flexible se entrega al rufián
- Una herida rentable
- El know how antropofágico
- Zombis antropofágicos
- ¿Qué puede el arte?