CONTRATAPA
Como los activistas indígenas, campesinos y afrodescendientes de América Latina acostumbran decir, la crisis contemporánea es una crisis de un modelo civilizatorio, el de la modernidad capitalista Occidental. Esta es una afirmación sorprendente que está tomando en serio un número cada vez mayor de grupos sociales en el planeta, tanto en el Sur Global como en el Norte Global, en la defensa de sus lugares, sus territorios y sus mundos.
Este libro trata de esta coyuntura, de sus implicaciones para la teoría y la práctica del diseño y de la potencialidad práctica del diseño para contribuir a las profundas transiciones culturales y ecológicas que un grupo creciente de intelectuales y activistas considera necesario si la humanidad quiere enfrentar, eficazmente, las crisis interrelacionadas del clima, los alimentos, la energía, la pobreza y los significados. El libro se basa en la creencia de que este potencial es real, como sugieren algunas tendencias en la profesión del diseño, en particular por parte de un pequeño pero creciente subgrupo de diseñadores que está dedicado al proyecto de diseño para las transiciones.
FRAGMENTO
Mientras que la ciencia impone su criterio de racionalidad y objetividad sobre toda forma de vida y conocimiento de forma monolítica, apoyada en la creencia en una realidad inamovible de materia situada en el espacio y el tiempo como en una grilla euclidiana, la economía hace lo propio sacando la esfera de la producción del flujo de la vida, de la materia y la energía, y la tecnología sedimenta esta ontología con sus formas de instrumentación maquínica industrial y no convivial (Illich). Y el humano, finalmente, aprende a operar como individuo a partir de estas otras creencias, tratándose a sí mismo/misma (auto-alquemizándose) como materia prima a través de su aparente libre albedrío para siempre ‘mejorar’ su situación. Así, en la modernidad capitalista patriarcal, aprendemos desde niños a darle prioridad a la producción y al consumo (a costa de otras formas de valorar la existencia), al éxito individual (en vez del buen vivir colectivo), a orientarnos hacia el futuro (en vez de estar presentes al presente, de habitar en el hic et nunc de la cotidianeidad), y a subordinar la espiritualidad al materialismo de las cosas, el ser al poseer. Todo esto tiene lugar en gran medida a expensas de vernos separados/as de otros/as humanos y no humanos, y por tanto conlleva la negación de estos/as como iguales. Es esta formación onto-epistémica que nos atrapa. Podemos decir que este es el significado más profundo de nuestro compromiso ontológico de ser modernos. La pregunta que tendremos que hacernos de forma cada vez más refinada es si podemos imaginar y crear formas alternativas de ser, hacer, y conocer sin perder la capacidad de entender y maniobrar hábilmente en los meandros de la ión moderna de ciencia, real, individuo, y economía. Se necesitaría una transformación ontológica relativamente profunda de nuestra parte para alcanzar esta meta.
AUTOR/A
Arturo Escobar es un antropólogo colombiano. Es docente de la Universidad de Carolina del Norte. Sus áreas de interés son la ecología política, la antropología del desarrollo, movimientos sociales, ciencia y tecnología.
ARTE DE TAPA
Juan Pablo Fernández. Rústica con solapas.